Page 75 - Los objetos del poder
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no  tuvo  otra  opción  más  que  aceptar,  agarrado  de  las  paredes
                  cavernosas gritó –seré tu lacayo pero no me mates, ahora eres mi
                  sirviente, Aldebarán contestó, –la verdad no te necesito para nada,
                  pero algo tienes que dar por no perder tu vida, a partir de hoy te
                  dedicarás a hacer lo que yo diga cuando lo ordene, estarás muy cerca
                  de tu amigo y sumo líder de la alianza, me informarás de todo lo que
                  quiera saber y te dedicarás a entorpecer las órdenes de Barto cada
                  que yo lo deseé, en ese momento Aldebarán abrió un portal que
                  trasladó a Fínix de inmediato desde el interior de la oscura cueva
                  hasta el inicio de la misma. Fínix ahora era sirviente de un antiguo
                  y poderoso ser.


            Por querer traicionar una gran amistad de toda la vida  y  cegado por
            ambición, ahora estaba entre la espada y la pared, sino era Barto sería
            Aldebarán  quien  tomara  su  existencia  por  tan  envidiosa  acción,  ahora
            Barto no podría enterarse de nada, o lo mataría al instante.


            Magna seguía creciendo a pasos agigantados, su enorme ruta comercial
            iba desde los peces del mar, hasta la fina madera de la selva, desde la seda y
            el algodón de los prados, hasta las joyas y riquezas de las minas. Casi todo
            pasaba por ahí, además Barto había formado un equipo con las personas
            más  inteligentes  para  dedicarse  a  la  creación  de  inventos,  y  Magna  ya
            exportaba cada uno de ellos. Bastaba con que Barto diera la idea para que
            los científicos e ingenieros buscaran la forma de crearla.


            Los  inventos  más  sofisticados  que  había  pedido  Barto  eran:  objetos
            voladores que pudieran trasladar personas y cosas, artefactos para
            respirar bajo el agua, trajes para soportar altas y bajas temperaturas,
            cosas  que fueran  capaces  de  detener  una  caída  desde  el  cielo, entre
            algunos otros.


            Para el objeto volador se diseñó el globo aerostático, una canasta en la parte
            baja que cargaba una especie de lanzallamas, éste arrojaba una substancia
            inflamable  que  calentaba  el  aire  que  se  encontraba  dentro  del  globo
            haciéndolo flotar, las canastas podían cargar hasta 12 personas máximo,
            aunque había de varios tamaños, si sólo necesitaba viajar una persona por


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