Page 78 - Los objetos del poder
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Llegó el momento entonces de revelar nuevamente el secreto, esta ocasión
Barto llamó a Marco, y le dio toda la explicación de cómo obtuvo el libro
del poder, y aunque reaccionó muy asombrado e intrigado similar a Fínix,
se notó de inmediato la diferencia entre los dos, Barto ya sospechaba algo
raro en Fínix, siempre que se platicaba del tema o asuntos muy importantes,
Fínix se mostraba inquieto y nervioso; Barto decidió no decirle a Marco
que Fínix ya estaba enterado, para ponerlo a prueba, y él juró llevarse a la
tumba ese secreto y sólo mencionar temas referentes, con las personas que
Barto indicara.
Transcurrió muy poco tiempo de ese acontecimiento, y en una reunión
muy importante, Barto traía entre sus ropas su libro de poder, pero por
error lo tiró, cayendo de su brazo derecho frente a todos, como el libro no
era invisible y tenía una apariencia muy grotesca, distinta a cualquier otro
libro, los espectadores comenzarían a especular, sobre brujería o magia
negra, pero en el momento que por descuido Barto tiró su libro, Marco
se abalanzó al suelo cubriéndolo con su cuerpo, y como su autoridad era
muy alta ordenó a todos se dieran media vuelta y apartaran sus ojos de él,
los asistentes, que no pudieron ver grandes detalles, todos le obedecieron,
y dando media vuelta cerraron los ojos, entonces se levantó del suelo
cubriendo el libro con su cuerpo y entregándoselo a Barto, esa acción
quedaría grabada siempre en la mente del líder de la alianza, sabiendo
que podría confiar en su amigo para siempre, incluyendo su propia vida
de ser necesario.
Los asistentes no pudieron ver nada en especial, la mayoría sólo vio el vuelo
por los aires de Marco, lanzándose hacia el suelo, los más distraídos se dieron
cuenta al escuchar el impacto contra el piso, aunque sí se preguntaban qué
es lo que había sucedido, ese tema se olvidó rápido, quedando grabado
muy claramente sólo en la memoria de Barto.
Tiempo después el emperador caminaba junto a varias personas y vio de
frente a Aldebarán, de inmediato ordenó sin razón alguna que lo dejaran
solo, y los acompañantes obedecieron, estando solos Aldebarán comenzó
la charla, –tienes mucho tiempo que no me invocas, ni siquiera perderías
tiempo de vida si lo hicieses, Barto respondió, –me has dicho grandes
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