Page 82 - Los objetos del poder
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otro sentimiento, ella era la que conocía a Barto desde la niñez y siempre
            fueron muy buenos amigos, sintió tristeza porque en tanto tiempo nunca
            tuvieron una relación más allá de la amistad, si Barto hubiera hablado
            con ella cosas del amor, probablemente hubiera aceptado ser cortejada sin
            necesidad de magia o un deseo. Scarlet, Dayana y Daysi lo tomaron con
            humor, lo hecho, hecho estaba, no había marcha atrás, además eran felices
            y no recriminarían a su marido decisiones de hace años; y por último,
            Rousse, que fue en cierto modo liberada por Barto de la opresión de sus
            familiares, dio las gracias a su esposo, lo demás no le importaba, él la salvó
            de esa terrible situación y ella estaba muy agradecida por ello, se levantó de
            su asiento, fue a darle un beso en los labios y después se retiró.


            Transcurrió muy poco tiempo para que Barto logrará contentar a las reinas
            enojadas, les empleó más tiempo y las llenó de detalles, especialmente a
            Ánni y a Bruu; Ánni fue la más testaruda y rejega, pero al fin de cuentas
            perdonó a su amado y estuvo con él dos días completos, sentía la necesidad
            de estar a su lado, sentirse amada y querida, dialogar muchas cosas de
            sus pasados, desde que eran niños y jugaban por cualquier lugar, desde
            que comenzaron a usar el arco y la flecha, en fin, muchos maravillosos
            momentos que habían pasado juntos desde hace un largo periodo. Ya con
            las siete reinas de nuevo felices y con casi toda la verdad esclarecida, todos se
            sintieron muy bien, en especial Barto porque sus mujeres no le guardaban
            secreto alguno, era desconsiderado de su parte tener una verdad oculta
            de tan gran índole y que no lo supieran ellas. Se sintió libre y en total
            confianza con sus idolatradas reinas.


            Mientras  todo eso pasaba,  los hijos del  emperador de  la  gran  alianza
            ya contaban  con 10  años de  edad,  y seguían sorprendiendo  a todos
            con  sus  grandiosas  habilidades,  más  que  nada  a  Gabriela,  una  de  las
            mejores maestras de los hijos  de Barto, ella  enseñaba varias ramas no
            relacionadas con guerras o peleas, su enfoque al instruir se centraba en
            aritmética, poesía, canto, historia, idioma universal, filosofía y actuación;
            era muy buena maestra, pero los hijos de Barto aprendían muy rápido y
            mejoraban con gran rapidez, lo que la obligaba a superarse a ella misma
            en todo momento, constantemente  buscaba  actualizaciones, leyendo y
            compartiendo experiencias de viajes realizados, no se podía dar el lujo que


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