Page 47 - Cuatro tres historias de amor
P. 47
Durante la plática, él le mostró su habitación, algo desordenada,
con ropa y discos regados alrededor, decorada con unas máscaras
étnicas y algunos cuadros de ánime japonés, además, unas figuras
de acción y muñecos tipo troll colocados en una mesa, Enrique
le dijo “son los guardianes de mi lugar personal”. Fue una charla
amena, pero a Sandra le fascinó conocer más sobre la intimidad de
él, algo muy diferente a Alberto, quien, era algo reservado. En ese
momento fue cuando se percató lo agradable de su plática y no lo
sentía sólo como el amigo de la capacitación, él, era mucho más que
eso. La hacía sentir emocionada y expectante a todo lo relacionado
con él, deseaba seguirlo conociendo y descubrir lo que compartían.
Pero, ¿y Alberto?, era su novio de hace un año, se sentía tranquila
y satisfecha con él, no quería dejar de lado esa parte de su vida,
además, realmente sentía amor. Lo pensó, mientras no hubiera una
propuesta directa por parte de Enrique sobre algo relacionado con
pasar más allá de la amistad, podría seguir disfrutando de ambas
partes.
Así pasó casi un mes, entablando pláticas amenas con Enrique, ya
fuera por vía mensaje o videollamada, hasta que un día, él, le pidió
salir una noche. Ella, lo dudó por un momento, pero finalmente
aceptó, pues recordó que Alberto se encontraba fuera de la ciudad
por cuestiones familiares, entonces aprovecharía la oportunidad.
Enrique pasó por ella, realmente le gustó cuando lo vio parado
frente a su casa, usaba un pantalón de piel negro, con una camisa
del mismo color, el collar de obsidiana que llevaba a la capacitación,
además, de algunas pulseras de estilo étnico y el cabello negro
suelto hasta los hombros; le pareció más alto de lo que recordaba
y se veía más delgado, olía al mismo perfume maderoso usado
cuando lo conoció. Subió a su camioneta, algo desordenada por
dentro y cuando comenzó a manejar, Sandra, se arrepintió de estar
ahí, sintió que chocarían en cualquier momento, él manejaba como
desesperado, pero su semblante era de lo más tranquilo. Mientras
manejaba, él iba contándole cómo le fue al aplicar lo aprendido en
45

