Page 33 - Afuera en lo profundo
P. 33
Y ahora tendré que pedirle disculpas si descuido a Feyo. Sus
ladridos me avisan que nos hemos pasado el parque, un lugar que de
parque no tiene nada, ni amenidades para los niños ni parejas que se
acurruquen por allí, se me figura un baldío. Las necesidades de los
perros se lo han acabado, o el descuido de los amos. Preferiría pasar
a ciegas…, pero, si no es allí, ¿dónde? Feyo ladra y ladra, que ladre
cuanto pueda. De todo lo que hago, lo que me repatea, es cuidar
al animal, pareciera que estuviésemos encadenados el uno al otro,
como si él fuera mi dueño y yo, su mascota. Casi casi me dice lo que
tengo que hacer: alimentarlo, jugar con él, bañarlo. En el perro se
me va la vida, apenas conozco a mis vecinos y con Áurea paso poco
tiempo. Sus compañeros y alumnos, están más con ella, intento
decir que esas personas la necesitan mucho más que yo, entiendo,
llegará muy lejos en su carrera. Es un privilegio ayudarle, aunque a
veces tengo la sensación de que no nos parecemos, de que ni siquiera
tenemos nada en común, ¿cómo decirlo?, me exige que la obligue,
ya lo dije, ¿verdad?, a ese tipo de cosas que a mí no me gustan, que
me hacen sentir como si no fuera yo. Y yo sólo quiero..., inhalo.
Quisiera enfocarme en otra cosa, exhalo. Ojalá pudiera vaciar mi
cabeza y olvidarme de mí, dejar que las cosas seas como son, vivir
el momento, no nada más hacer el mudra, sino ser el mudra, abarcar
el universo y diluirme en él, fluir, inhalo. Áurea, mi Áurea, exhalo.
Imagino lo que estará diciendo al recibir el premio, sus acertadas
palabras, escucho, inhalo, le aplauden.
Exhalo, es el centro de atención, inhalo. Todos esperan tomarse la
selfie con ella, exhalo. A veces tengo ganas de irme, pero pienso que
Áurea iría por mí y me haría volver, inhalo. Se me oprime el pecho,
exhalo. Es raro, cada vez saco menos aire del que respiro.
En cambio, Áurea es luz expansiva, ha ampliado mi visión de las
cosas, antes, yo me imaginaba a mí mismo de otra manera, pero
ahora soy completamente diferente, exhalo. ¿Había inhalado?, de
todas maneras, si me voy, una voz me diría: ¿Qué haría yo sin ti?,
inhalo profundamente. De nuevo punza en mí su capricho, estoy
31

