Page 27 - Empatizando. Relatos para jóvenes

¿Quién eres?

Recién había cumplido 50 años, siempre pude presumir de mi
excelente memoria, incluso me decían —pero Mirta, ¿cómo puedes
recordar algo que sucedió hace 40 años?, me decían. Todos se
asombraban, pero luego algo me pasó, a veces confundía los hechos,
las palabras, los recuerdos, los años, pero lo que me pasó en este año
en verdad me cuesta trabajo entenderlo. Lo sé porque me lo dijo mi
hijo y un doctor, incluso no sé si creerlo, porque no sé si era mi hijo
u otra persona.

Estaba sentada en la terraza cuando lo vi entrar, entró sigiloso, pensé
que me haría daño, pero él sólo se sentó frente a mí y se puso a leer
un periódico, lo observé muchas veces. ¿Por qué aquel extraño se
metía a mi casa a leer el periódico?, no entendí nada; quise gritarle
a mi esposo, pero no sabía dónde estaba, pasó un rato y me quedé
dormida en la mecedora en la que estaba.

Al día siguiente, sucedieron otras cosas mucho más extrañas. Cuando
desperté vi que en mi cama había un hombre dormido que no era
mi esposo, era el hombre que un día antes se había metido a mi casa,
me levanté asustada, fui a la cocina, estaba ahí sin saber qué hacer, y
luego ese hombre vino y me preguntó si quería jugo de naranja. ¿Jugo
de naranja?, casi con desconfianza volví la mirada por toda la casa,
recuerdo que hasta llegué a pensar si estaba en el hogar correcto.

Me fui a mi habitación. El resto del día aconteció normal hasta que en
la noche vi a aquel hombre salir del baño desnudo. Aquello que me
asustaba o sorprendía, se estaba saliendo de control, pensé que era
tiempo de hacerle al detective y saber quién era, ¿de dónde venía?,
¿qué quería en mi casa? y lo más importante, ¿por qué mi marido no
estaba en la casa?, parecía una especie de conspiración, era como si…,
me da miedo decirlo. ¡Era como si aquel hombre hubiera desplazado
o sustituido a mi marido!, pero entonces, ¿él dónde estaba?

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