Page 56 - Empatizando. Relatos para jóvenes
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mi imaginación. Dijo que el diagnóstico para mí era el síndrome
de Otelo, un trastorno delirante que me hacía pensar en cosas de
Gustavo que en realidad no ocurrían, pero que yo pensaba que sí,
como las veces que le dije que me era infiel.
Me hizo entender que de alguna manera tendría que detener todo eso
que pasaba, pues muchas ocasiones ese tipo de conductas llegan a
terminar en violencia, incluso homicidio. Ella me hizo pensar en los
sentimientos que podría tener Gustavo con la forma de relacionarse
conmigo y yo con él. Pensé que él había aguantado mucho, que estaría
perdida si lo alejaba por mis celos tontos injustificados, y que lo que
tendría que hacer era trabajar en mi autoconfianza, autoaceptación,
en mi autoestima y en la confianza hacia él, las personas no son
propiedad de las personas.
He tenido que someterme a varios tratamientos contra la ansiedad,
la depresión y estoy en terapia. Encontré en mi historia de vida
las posibles razones por las que tengo ese comportamiento y por
increíble que parezca, aparecen engaños de parejas anteriores
que me hicieron perder la confianza en mí misma y en las demás
personas. Mis celos son un delirio que debe alejarse de mí y entonces
deberé trabajar en que Gustavo no sea un objeto de mis celos, sino
de mi amor.
Después de todo lo que he aprendido acerca de mí, todavía hoy no
me gustaría saber lo que Gustavo siente o piensa de mis celos, creo
que me daría mucha vergüenza, pues sé que lo humillé y lo agredí
físicamente en mis arranques. Todavía no sé porqué sigue conmigo,
pero sí sé que quiero ser una nueva persona que no es perseguida
por el fantasma de los celos.
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