Page 30 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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Los tres adolescentes voltearon y de inmediato en sus rostros se
borró la sonrisa malvada dejando ver su preocupación al darse
cuenta de quién se trataba.
—Es Juana, la hija de la bruja de los hongos — dijo el más joven
de los tres—. Vámonos de aquí chicos.
—Lárguense de aquí gritó Juana mientras los tres abusadores
salían corriendo—. Los vuelvo a ver molestando a Celia y la
maldición del zorrillo caerá sobre ustedes, ¿escucharon?
Los tres asustados jóvenes no alcanzaron a escuchar las últimas
palabras de Juana, ya que se encontraban a mucha distancia de ahí.
—Hola, Juana —decía Celia mientras intentaba rescatar algo de
los tacos que le había encargado su padre.
—Hola, Celia —interponiendo su pie entre la mano de Celia y
los tacos del suelo—. Ya no se pueden comer. Vamos, déjame
invitarte otros tacos. Acabo de hacer unos “trabajitos” para
una señora. Su marido la estaba engañando y me pidió que le
enviara la maldición del “calzón”.
—¿Y esa cuál es?, —preguntó intrigada Celia.
—Sirve para que su marido se ponga panzón.
—¿Y la del zorrillo?, —preguntó Celia—. Esa con la que amenazaste
a los tres chavos que me tiraron los tacos.
—La maldición del zorrillo —respondió Juana—. Sirve para que
tres días tengan chorillo. Y sí funciona.
—Gracias, Juana —dijo Celia— mientras buscaba monedas en su
pequeño monedero.
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