Page 26 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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su padre. A donde iba Celia, su padre siempre estaba a su lado. Fidel
pensaba que ningún chico de ese lugar era digno de su hija.
Cuando Celia cumplió sus 15 años, su padre decidió hacer una
comida para celebrar esta especial ocasión.
Celia rechazó el ofrecimiento de su padre para organizar una
comida para celebrar sus 15 años. En vez de eso, Celia, sabiendo que
también era el aniversario de la muerte de su madre, pidió permiso
a Fidel para levantar un altar dedicado a su difunta progenitora.
—¿Sabes cuánto gastarás en esa tontería del altar para los
muertos? —preguntaba Fidel a su hija.
—He ahorrado algo de dinero y lo usaré para el altar —respondió
Celia.
—Los muertos, muertos están y no regresan jamás.
—Papá, ellos vienen a vernos, es el único momento del año en el
que se abre un portal y pueden cruzar para este lado.
—¿Quién te ha dicho tantas tonterías?
—La gente mayor del pueblo, todos ellos no pueden estar
equivocados. Además, no te lo había querido decir, pero
Juana, la hija de Francisca, La Bruja de los Hongos, un día se
me acercó y me dijo que vio a mi madre el año pasado, el día
de los santos difuntos.
—¡Jamás escuché algo tan absurdo!
—Sabía que te molestarías conmigo si te lo decía, pero quiero
que sepas que le creí, papá.
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