Page 25 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
P. 25
—¿Recuerdas a mi hermano Carmelo?
—¿El que se fue para los Estados Unidos?
—Francisca nos dijo cómo y cuándo murió.
—¿Murió?, no lo sabía.
—Sí, ella vino a nuestra casa y nos dijo que prepararamos el
funeral ya que su cuerpo venía hacia acá.
—¿Por qué nunca me lo contaste?
—Nunca se lo contamos a nadie. Todos hubieran pensado que
estábamos locos.
—No te preocupes, nada va a pasarnos.
—Tengo miedo.
—Yo te protegeré —dijo Fidel— mientras sujetaba fuertemente la
mano de Teresa. No te preocupes.
Nueve meses después, Fidel, tomando la mano de su esposa muerta
recordaba la maldita predicción de la anciana.
Fidel nunca dejó de culparse por la muerte de Teresa; ¿qué hubiera
pasado si le hubiera hecho caso a la bruja de los hongos?, ¿Teresa
seguiría viva?, muchas preguntas daban vuelta en su cabeza. De
lo único que estaba seguro era que, a partir de ese día, su vida la
dedicaría por completo a su hija, Celia.
Los años pasaron.
Celia creció y se convirtió en una linda señorita, de hecho, era la
joven más hermosa del pueblo, cosa que no le agradaba demasiado a
23

