Page 33 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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de los que murieron en accidentes o muertes violentas hacen
su visita a los que fueron sus hogares en vida. Los muertos por
ahogamiento llegan el 29, y los angelitos que murieron antes de
recibir el bautismo llegan el 31 de octubre.
Un extraño suceso que nos hace considerar este hecho como factible
es lo ocurrido a Blanquita, la hija de don Tomás, vecino de Fidel.
La joven cuenta que, en una ocasión, cuando el sol comenzaba a
ocultarse, y mientras se dirigía al río cercano a traer agua, escuchó
la risa de un niño a su espalda. Blanquita de inmediato volteó y no
encontró a nadie cerca del lugar. La joven pensó que sólo era su
imaginación y continuó su camino. Minutos después, luego de haber
llenado una cubeta de madera con el agua, Blanquita se encaminaba
hacia el pueblo.
En su camino debía pasar frente al panteón del pueblo. Mientras
cruzaba el camposanto algo llamó su atención, en una tumba
localizada justo en el centro del pequeño panteón y donde se podía
ver una enorme cruz de madera oscura, algo o alguien parecía estar
asomándose o posiblemente ocultándose. Blanquita se acercó más a
la entrada del camposanto y se dio cuenta que se trataba de un niño
que la miraba fijamente. El niño no usaba más que un viejo calzón
de manta, completamente húmedo. Su cabello parecía ser movido
por una corriente de agua invisible. La joven trataba de reconocer su
rostro sin ningún resultado. Al acercarse más, con horror notó que
sus pies estaban enterrados en la tierra. Al mirar con más detalle su
rostro, vio que de los ojos del niño, así como de su boca, salía un
líquido viscoso de color verde oscuro. Su piel era completamente
blanca y con aspecto de tener surcos.
De repente, el ser que había tomado la forma de un infante emitió un
horrible sonido comparado con el de los cerdos al ser sacrificados.
Blanquita tiró al suelo la cubeta de madera en la que llevaba el agua,
y corrió despavorida hasta encontrarse con su padre a la entrada de
su choza.
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