Page 36 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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Esos seres quedaban atrapados en un espacio oscuro, el cual de vez
            en cuando se conectaba, por algunos segundos, con el mundo de los
            vivos. Esos espíritus malditos conservaban la apariencia última con
            la que murieron. Se podía reconocer a los ahogados, a los ahorcados
            (por su cuello roto), a los quemados, y muchos más que habían
            muerto de maneras horrendas.


            El espectro visto en el panteón y el río no era el de Pedro. La
            escalofriante visión pertenecía a un niño que había muerto muchos
            años antes en ese río. El chico era el hijo de un campesino que
            frecuentemente llevaba su mercancía a vender a Oaxaca. Una tarde,
            mientras padre e hijo regresaban a San Luis, Oaxaca, el niño del
            que ya nadie recuerda su nombre, pidió a su papá detener el viejo
            camión de redilas para poder orinar. El niño se dirigió hacia el río
            para ya no ser visto nunca más. Su cuerpo jamás fue localizado.


            Historias como éstas nos dejan más preguntas que respuestas.


            ¿Existirá algo más allá de esta vida?

            Fidel, ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor estaba a punto de
            poner a prueba sus creencias y raciocinio. La vida le preparaba
            una prueba de fe que podría cambiar su concepto sobre la vida y la
            muerte.


            La noche finalmente llegó a San Luis Morelia, Fidel, sentado afuera
            de su choza, observaba cómo sus vecinos tomaban rumbo al panteón
            llevando ramos de flores y ollas con diferentes guisados. Algo que
            llamó poderosamente su atención fue el hecho de que varios de sus
            conocidos llevaban un perro con ellos, eso era bastante extraño. Se
            podían ver perros de todas las razas y tamaños acompañando a sus
            amos al camposanto.


            Lleno de curiosidad, Fidel se dirigió al camposanto y se ocultó entre
            los arbustos que se encuentran afuera del mismo y observó cómo
            los residentes levantaban la ofrenda para sus seres queridos.




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