Page 35 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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sigilosamente y dirigirse a la fiesta del pueblo. Por varios días nadie
supo de Pedro.
Cuatro días después el cuerpo de Pedro era encontrado río abajo. Se
cree que el niño trató de cruzar el río para poder llegar al pueblo y la
fuerte corriente provocada por las lluvias torrenciales lo arrastraron,
muriendo debido a que su cuerpo fue despedazado por las afiladas
rocas que se encuentran cerca de una cascada cercana.
A partir de ese momento las frecuentes apariciones de un espanto
parecido a un niño cerca del río y el panteón se creía eran de Pedro,
el hijo de Francisca.
Francisca, en más de una ocasión negó que ese ser del más allá fuera
Pedro, su hijo.
Francisca contaba a su hija Juana, que todos los años, durante los
primeros días de noviembre cuando visita el panteón donde se
encuentran los restos de Pedro, platica con él.
Según Francisca, Pedro le contó que se encontraba en un lugar muy
hermoso lleno de campos de un color parecido al verde, pero que en
realidad no era verde. Pedro le contaba a su madre que los colores
de ese mundo no existían en el mundo de los vivos.
Pedro le decía a su madre lo arrepentido que estaba de no haberle
hecho caso. El espectro con quien platicaba Francisca en el
cementerio todas las noches del primer día de noviembre aseguraba
que desgraciadamente no todos los muertos llegaban a ese bello
lugar.
Otros seres de luz que Pedro había conocido en ese mundo etéreo
contaban que, durante la transición de la vida a la muerte, muchos de
los viajeros se encontraban con seres de oscuridad que se llevaban a
los más débiles de espíritu o que habían obrado mal en vida.
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