Page 35 - Topiltzin El pequeño Quetzalcóatl
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—Topiltzin viene de más allá de la montaña blanca y se ha
enfrentado con los mangua.
Todos se sorprendieron, querían saber más.
—Les contaremos, pero necesitamos descansar primero. Por
ahora, repártanse las pieles y la carne entre todas las familias
—determiné.
Más tarde llegó mi hermana Mahetsi con una carga de pencas, la
cual soltó al momento de verme; corrió a abrazarme. ¡Estaba muy
contenta!, kuilti se le fue encima moviendo el rabo, quería jugar
con ella, era un perro ladino. Luego, en voz baja, me preguntó:
—¿Quién es él?
—¡Ah!, es mi amigo Topiltzin.
Noté a los dos nerviosos y sonrojados. Algo pasó entre ellos, pues
de la nada ni hablar podían. Eché a reír y los demás chiquillos les
hicieron burla: ¡Son novios!, ¡son novios!
Cuando mi hermanita se fue, le pregunté a Topiltzin si le había
gustado:
—¿Qué tiene de malo?, nuestros dioses nos dieron la risa y el
amor para afrontar esta dura vida en la tierra.
Él no decía nada, estaba apenado.
—No te sonrojes, ella también tiene 10 años, es muy lista y fuerte.
Ya no pudo contestar, pues los sabios del pueblo nos llamaron para
que nos aseáramos en “la casa de vapor”, el temazcalli, bien que lo
necesitábamos. Al salir, nos dieron ropa limpia y huaraches.
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