Page 28 - Una vida dedicada a la enseñanza
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también con las emociones y experiencias universales que unen a
todas las personas.
El ritmo pausado de Guanajuato durante el verano se vio
interrumpido por las festividades anuales. Las calles, que María
había recorrido en soledad mientras se perdía en sus pensamientos,
ahora estaban llenas de vendedores, músicos y visitantes de todo el
país, los colores brillantes y las risas llenaban el aire.
Una tarde, mientras María y su amiga Rosa se dirigían al centro,
se encontraron con un grupo de actores callejeros recreando la
leyenda del Callejón del beso. María, habiendo escrito su versión de
la historia, miró con curiosidad.
Al final de la actuación, Rosa, impresionada, comentó: —Siempre me
ha encantado esa historia. Imagina, un amor tan fuerte que desafió
las barreras sociales y las expectativas familiares. ¡Es tan romántico!
María asintió, pero con una mirada pensativa. —Sí, es hermoso,
pero también hay tristeza y sacrificio en ella. A veces me pregunto
si el amor verdadero siempre viene con desafíos.
Rosa la miró, un poco sorprendida por la profundidad del comentario
de su amiga. —Supongo que todas las historias tienen más de una
cara.
María sonrió, recordando las palabras de su abuela Margarita.
Exacto, y es nuestra responsabilidad, como narradoras, dar voz a
esas diferentes caras.
La tarde cayó sobre la ciudad, y las dos amigas continuaron su paseo,
dejándose llevar por las melodías de los mariachis y el aroma de
los churros recién hechos. En cada rincón de Guanajuato, había una
historia esperando ser contada, y María estaba lista para descubrirlas
todas.
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