Page 30 - Una vida dedicada a la enseñanza
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Las semanas pasaron y el inicio del nuevo ciclo escolar se avecinaba.
María y Rosa se encontraban en el mercado, comprando útiles y
telas para sus nuevos uniformes. Los puestos estaban llenos de
colores y aromas, y el bullicio de la gente buscando las mejores
ofertas llenaba el aire.
Mientras Rosa examinaba unas hojas de papel, María se detuvo
frente a un puesto que vendía libros usados. Su mirada se posó en
uno en particular, de tapa desgastada, pero con un título que llamó
su atención: Historias y leyendas de Guanajuato. Intrigada, lo abrió y
comenzó a hojearlo.
Las páginas contenían relatos de héroes y revolucionarios, de amores
trágicos y de misteriosas apariciones. María quedó cautivada por la
riqueza y diversidad de las historias que se tejían en las calles y
rincones de su ciudad.
Rosa, notando la fascinación de su amiga, se acercó y echó un vistazo
al libro. —¡Vaya!, parece que has encontrado un tesoro, –comentó
con una sonrisa.
Sí, es increíble, –respondió María, estas historias son parte de
nuestra identidad, de lo que somos. Me hace ver a Guanajuato con
otros ojos.
Decidiendo que el libro era una compra indispensable, María pagó
por él y continuaron con sus compras. Pero, en el fondo, sabía que
ese libro no era simplemente para leer y olvidar. Era una ventana
a la rica tapeza de historias que formaban el alma de Guanajuato,
historias que quería explorar y, quizás algún día, compartir con
otros.
Rosa y María, cargadas con sus compras, comenzaron el camino
de regreso a casa, decididas a terminar sus tareas pendientes antes
del anochecer. A medida que avanzaban por las calles empedradas,
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