Page 33 - Una vida dedicada a la enseñanza
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Mientras leía, una idea comenzó a formarse en su mente. ¿Y si podía
compartir estas historias con otros?, no sólo a través de palabras, sino
también enseñando a los jóvenes a valorar y respetar su herencia.
La idea aún era difusa, pero María sentía que había encontrado un
propósito, algo que la llenaba de pasión y entusiasmo.
El día siguiente, María se despertó temprano, incluso antes de que
el gallo cantara. El aire fresco del amanecer llenaba su habitación,
y una ligera neblina cubría las calles de Guanajuato. Se sentía llena
de energía, como si la idea que había surgido la noche anterior la
hubiera cargado de un propósito renovado.
Se vistió rápidamente y, desayunando un pedazo de pan y café,
reflexionó sobre cómo podía compartir su amor por las leyendas y
la historia de Guanajuato con los demás. Recordó que en la escuela
local, los maestros a menudo invitaban a personas de la comunidad
a compartir sus experiencias y conocimientos con los estudiantes.
Quizás, pensó, podría ofrecerse como voluntaria.
Con decisión, María tomó su libro y se dirigió a la escuela. Al llegar,
fue recibida por el director, un hombre de mediana edad con una
amable sonrisa.
—Buenos días, señor Romero, –saludó María. —Vengo con
una propuesta. He estado leyendo leyendas locales y me
preguntaba si podría compartir algunas de estas historias con
los estudiantes. Creo que es esencial que conozcan y aprecien
nuestra rica herencia cultural.
El director, claramente intrigado, respondió: María, me parece
una idea maravillosa. Es fundamental que los jóvenes conozcan las
historias que forman la esencia de nuestra tierra. ¿Qué te parece si
organizamos una pequeña presentación para la semana próxima?
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