Page 60 - De este mundo... y del otro
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que, en una reacción instantánea, aventó las cobijas y saltó de la cama
            encendiendo la luz de la habitación.


            Efectivamente, estaba sola en la recámara, no había nadie con ella, pero
            el episodio que acababa de vivir era completamente cierto, sin embargo,
            contrario a lo que todos pensarían, regresó a la cama y se volvió a dormir.


            Al día siguiente, cuando me lo platicó, desconcertado le pregunté porqué
            no se había ido a dormir con su hermana, o porqué no nos había ido a
            comentar lo sucedido, y su razón me sorprendió aún más, ella dijo: —No
            voy a dejar que esa niña se apodere de mi habitación, esa recámara es de
            mis hijas y no pienso dejársela.

            Y así han seguido ocurriendo cosas, ya la escuchamos, ya la vimos, ya fue
            tocada por una de mis hijas, ahora sólo me queda entrevistarla, para saber
            el deseo o la petición que quiere que le conceda.








































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