Page 25 - El desarrollo de habilidades socioemocionales desde la práctica docente en preescolar
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En las aulas de preescolar encontramos múltiples desafíos, se considera
siempre oportuno considerar el estilo de aprendizaje de cada uno de los
alumnos, pero también necesidades e intereses de éstos. Esto se puede
lograr cuando mostramos al alumno nuestra parte humana, traducida en
gustos, miedos, planes, sucesos y sueños. Si deseamos que un niño crea
en sí mismo y se perciba como un ser con virtudes y habilidades debemos
nosotros como docentes enfatizar las nuestras y reflejarlas ante el alumno,
así aprenderá a designar las propias o buscará imitar las de la docente.
Entonces, cuando nos referimos a ser un docente virtuoso, debemos ser
conscientes de la idea, tú aprendes de mí, yo aprendo de ti, nos debe
acompañar una buena actitud, disposición a realizar distintas actividades
con un estado de ánimo optimista, que muestre empatía hacia el alumno,
además que las virtudes del docente pueden ser variadas, mostrándose
al alumno como alguien confiable y generoso, que logre involucrar a la
comunidad escolar, desde un reflejo personal de crecimiento y valoración
intrínseca. Algunas de estas virtudes pueden ser la justicia, la tolerancia,
la dulzura, el amor, entre otras, y se vuelven un combo perfecto sumando
habilidades de cada docente como música, teatro, pintura, canto, baile,
manualidades que permiten al ser humano gozar de su condición única e
irrepetible.
La virtud de la justicia permite al docente ser igualitario, proporcional
y equitativo con sus alumnos, estar consciente de las expectativas
alcanzables de sus alumnos, según sus características individuales, procesos
de desarrollo, necesidad educativa, canal preferente de comunicación o
aprendizaje, contexto de los alumnos, intereses, capacidades, habilidades
según su edad cronológica y su desarrollo individual. Se asegura de dar
a cada alumno su lugar, respetando su crecimiento e individualidad tan
única, pero, ¿cómo lograrlo?, sería oportuno analizar, ¿cómo nos gustaría
ser tratados?, ¿somos el docente que hubiéramos deseado tener?, ¿sería
justo dar a todos lo mismo sabiendo que sus necesidades son distintas?,
¿cómo mantengo un equilibro en mi aula?
La virtud de la tolerancia reconoce las diferencias humanas del
otro, sumándolas al aula como una cualidad, la diversidad y el
reconocimiento de la valía imprescindible de cada uno que juntos
conjugan un todo. Siendo conscientes de los sentimientos, temores,
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