Page 38 - Cuatro tres historias de amor
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momentos felices de Neida, era una de sus principales motivaciones
durante los últimos meses. La veía brincar y gritar, extasiada con el
estruendo. Cuando lo besaba mientras le agradecía el acompañarla
a ese lugar, sentía como si todo el peligro se esfumara.
Así pasaron un par de horas y se comenzó a sentir sofocado con tanto
gritar y saltar, por lo que decidió salirse un momento del tumulto
para respirar, besó a su novia y le prometió regresar pronto. Caminó
hacia un espacio cercano a la puerta por donde entraron, había poca
gente y el ruido no se escuchaba tan fuerte, decidió sentarse en el
suelo y esperar a que las fuerzas le regresaran. Lo hizo y permaneció
quieto mirando hacia la multitud por espacio de 15 minutos, cuando
de pronto escuchó su nombre en voz de alguien más. La sensación
de terror se apoderó de su cuerpo.
Al levantar la cabeza, observó a la hija de su tía Consuelo, Victoria,
parada frente a él. —¡No puedo creer que seas tú!, casi no te
reconozco, cómo has cambiado”. La miró fijamente, sin poder decir
una palabra. —¿No me reconoces?, has estado fuera del pueblo por
años, pero cómo podría olvidar a mi primito consentido, después
de todo estudiamos toda la primaria y secundaria juntos, levántate y
salúdame, no seas sangrón. No podía negarse, fue su compañera de
infancia y durante el tiempo lejos del hogar, era una de las personas a
las que le dedicaba sus pensamientos frecuentemente, pero, ¿traería
consecuencias ese encuentro?, después lo analizaría.
Se levantó de un salto, abrazó a su prima, el sentirse querido
nuevamente por la familia, lo reconfortó tanto, como si hubiera
tomado una cucharada de caldo de pollo de su madre. Ella le contó
que había asistido a ese festival después de que ella y su novio habían
ahorrado por tres años, era su regalo de compromiso. —El mundo
es muy pequeño, quién iba a pensar que podía encontrarte en este
lugar, nos habían dicho que vivías en Estados Unidos, ¿qué ha sido
de tu vida?, cuéntame. Al hacerle esa pregunta, sintió el peso del
universo encima, pero contestó lo más simple y tranquilo que pudo,
con la intención de no dar tanta información, pero dejar satisfecha
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