Page 40 - Cuatro tres historias de amor
P. 40
Al llegar a su casa, sintió alivio. No dio suficiente información,
por lo tanto, no podrían encontrarlo y desapareció a tiempo para
evitar más preguntas. Nunca mencionó a Neida el encuentro con
su pariente, entonces, todo regresaría a la normalidad; durante la
siguiente semana, permaneció alerta a cualquier mínimo cambio en
el pueblo, acompañado por un sentimiento de ansiedad que había
olvidado desde hace años, nada pasó.
Transcurrieron cuatro meses y todo parecía seguir su curso, así
que decidió dejar de preocuparse y seguir disfrutando del amor de
Neida, quien ya tenía previsto mudarse con él en los próximos días,
tenía casi todo listo, sólo unos cuantos arreglos a su habitación y
podrían comenzar su vida juntos.
De pronto, una mañana, llegó un coche de la policía local buscándolo,
pues tenía orden de aprehensión. Los vecinos se quedaron atónitos,
nunca causó problemas, estaba a punto de comenzar una vida con
su pareja, debía ser una equivocación. Ernesto sabía que no lo era.
Sintió alivio porque la incertidumbre desaparecería por fin, también
una profunda tristeza al ver esfumarse la vida futura que intentó
crear, dejando atrás el pasado. Le dolió el corazón cuando pidió a su
vecina, entregarle esa carta a Neida, la que nunca creyó saldría a la
luz, pero preparó desde hace meses.
Cuando subió al auto que lo conduciría a la oficina de la policía,
volteó hacia su casa y sólo dijo en voz baja, “si hubiera aprendido a
preparar el caldo de pollo, tal vez tendría otra oportunidad”.
38

