Page 42 - Afuera en lo profundo
P. 42
Ella dio la media vuelta y se dirigió a la salida, yo la seguí. Ninguno
de los dos alcanzamos a escuchar lo que gritaba su exesposo.
No voy a negar que, después de esa noche, Estela estuvo varios días
decaída, pero creo que esa racha le sentó bien. Ahora la veo reír,
ya no está demacrada; va al café, sale de viaje, y hasta se ha dado el
lujo de tener a dos novios al mismo tiempo, y todos, me dice, son
buenos amigos.
40

