Page 34 - Entes y apariciones entre nosotros
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poner chinita, estaba muy claro, sentí mucha pena, entendí muchas
            cosas al leer el artículo.

            Pues sucede que mis dos amigos habían sufrido recientemente la
            pena de haber perdido un familiar debido al fuerte virus con el
            que vivíamos. En la casa de Edith había fallecido un tío que vivió
            con ellos durante muchos años, lo recuerdo perfectamente, y en la
            casa de Román, habían perdido a un primo que vivía en su casa,
            lo querían mucho, como a un hermano, pero por la pandemia se
            había regresado a su pueblo, desde allá estaba tomando las clases,
            lo malo con él, es que era muy fiestero y en ese momento se debía
            recatar, dicen que nunca entendió hasta que se contagió y falleció
            muy pronto.


            Entonces, esa publicación me aclaró todas mis dudas, pues resulta
            que, debido a la gran cantidad de contagios, hay personas que son
            hospitalizadas y que ya no vuelven a ver a sus parientes, pues si
            fallecen, el hospital tiene la obligación de cremar los cuerpos, sólo
            entregan las cenizas a los familiares, los cuales sufren dos traumas,
            uno, la pena de perder a uno de los suyos, y dos, el dolor de no
            poderse despedir; por ello, alguien tuvo la idea de hacer muñecos
            elaborados con alguna prenda del fallecido, para que de esa manera
            los dolientes pudieran abrazar simbólicamente a su familiar y así
            darle el último adiós.


            La idea se me hizo muy buena, puesto que implicaba una terapia que
            les ayudaría a superar esa fuerte pérdida, fue agradable saber que
            ellos habían encontrado una forma de despedirse de su familiar, sin
            embargo, esto no termina aquí.


            Pues sucede que, en mis pasaditas a la casa de Edith, seguía sintiendo
            algo con el muñeco, era un osito muy bien hecho, bonito, pero yo
            sentía algo raro; no obstante, los ratos que pasaba con mi amiga eran
            amenos, pero el muñeco algo tenía, y eso, desafortunadamente lo
            tuve que comprobar yo misma, pues sucede que un día, cuando le
            pedí entrar a su baño, al dirigirme hacia allá, sentí que el muñeco




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