Page 40 - Entes y apariciones entre nosotros
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La familia amablemente aceptó, entendiendo la situación, así que,
sentados en la sala, cada uno fue tomando al osito en sus manos,
lo abrazó y empezó a despedirse del tío Juan, diciéndole cuánto
lo extrañarían, cuánto lo querían, hubo mucha emoción, muchas
lágrimas, pero sobre todo mucha paz. Después de que todos
abrazamos al osito, el papá de Edith se quedó abrazándolo y entre
todos hicimos una oración, salimos de la casa, pusimos al osito sobre
el piso, a medio patio, al tiempo que empezamos a pasar de mano en
mano una botella de alcohol, cada quien iba diciendo unas palabras
de adiós al tiempo que rociaba el osito. Finalmente, su papá se
despidió del tío, su hermano Juan, y prendió el cerillo, acercándole
el fuego.
Empezamos a ver cómo el muñeco se incendiaba, al salir el humo y
elevarse al cielo, advertimos cómo una carga que llevábamos dentro
desaparecía paulatinamente, sentíamos cómo el tío Juan finalmente
partía encontrando la paz que tanto ansiaba.
Lo mismo sucedió en casa de Román, afortunadamente todo salió
como debería, ya que tenía temor de que sus familiares no tomaran
bien la información que les estaba proporcionando, pero la idea de
tener la oportunidad de despedirse era muy buena, sanadora, pero
más que eso, la posibilidad de dejar que su familiar…, descansara en
paz.
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