Page 43 - Entes y apariciones entre nosotros
P. 43
sintió que algo no estaba bien, pero no dijo nada, al abrir la puerta,
ambos sintieron cómo un aire frío salía de la casa, se quedaron
viendo sin decir palabra, cuando encendieron la luz, se dieron
cuenta que toda su casa estaba llena de agua, su sala comedor, sus
recámaras, todo estaba empapado. Pablo se dirigió inmediatamente
al baño, Diana a la cocina para cerrar las llaves, pero…, ambas
estaban cerradas, no había fugas, pero la casa estaba inundada.
Sin saber cuál había sido el motivo, tomaron los utensilios de
limpieza y empezaron a sacar el agua, no dijeron nada, pero, cada
quien en su interior se preguntaba qué había sucedido, terminaron
de secar los pisos, guardaron las cosas y se fueron a dormir, por
el cansancio de esa gran actividad, ambos se quedaron dormidos
rápidamente.
En otra ocasión, la reunión se llevó a cabo en su casa, llegaron sus
amigos, cenaron, convivieron, platicaron durante horas, todo había
sido agradable. Cuando las amistades se despidieron y empezaron
a marcharse, los anfitriones comenzaron a recoger, a acomodar las
cosas de la casa, al terminar, se sirvieron la última copa del día y se
fueron a la sala, estaban felices degustando plácidamente su bebida.
De repente, la puerta principal se cerró con un gran golpe que los
sobresaltó, no había corrientes de aire, además, en la parte exterior se
escuchaban ruidos extraños. Pablo se dirigió hacia la salida, cuando
quiso abrir la puerta, ésta se resistía, como si alguien desde afuera la
jalara, él trató de abrirla con fuerza, pero por más intentos que hizo,
no pudo abrirla. Entonces, Diana se asomó por la ventana, en ese
momento se escuchó un ruido escalofriante, algo que parecía entre
un aullido y un lamento, a ambos se les erizó la piel, ella corrió hacia
él y lo abrazó fuertemente, después de unos instantes, la puerta ya
no opuso resistencia.
Estaban muy nerviosos, salieron, pero en la calle no había nada,
como si sólo ellos hubieran escuchado lo sucedido. Entraron a su
41

