Page 21 - Una vida dedicada a la enseñanza
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—Abuelita, ¿te gustaría que escribiéramos un libro juntas?,
podríamos documentar todas tus historias y las recetas
familiares. Sería una forma de conservar nuestra historia para
las futuras generaciones, –propuso María.
Margarita se detuvo un momento, sorprendida, luego con una
sonrisa en sus labios, dijo: —me encantaría, mija. Pero no soy
escritora, no sé cómo hacerlo.
María sonrió con entusiasmo. —No te preocupes, yo me encargaré
de escribir. Tú sólo cuéntame tus historias y juntas crearemos algo
hermoso.
El acuerdo fue sellado con un fuerte abrazo. Las dos mujeres, de
diferentes generaciones, pero unidas por el amor y la historia, se
embarcaron en un proyecto que no sólo preservaría sus recuerdos,
sino que también fortalecería el lazo entre ellas.
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