Page 54 - Una vida dedicada a la enseñanza
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los celos. Había momentos en los que no lo reconocía, en los que
temía por mi seguridad y la de nuestros hijos.
Las palabras de Margarita cayeron pesadamente en el silencio del
patio. María se sentía aturdida, tratando de reconciliar la imagen
del abuelo cariñoso y trabajador con lo que Margarita estaba
describiendo.
—Con el tiempo, –continuó Margarita, Catarino reconoció su
problema y luchó contra él. No fue fácil, y hubo momentos
en los que pensé que lo perderíamos para siempre en ese
oscuro abismo del alcohol y el rencor. Pero un día, después
de un incidente particularmente alarmante, decidió cambiar.
Empezó a trabajar la tierra, a conectarse con la naturaleza. Fue
su manera de redimirse y reconstruir nuestra relación.
María la miró, emocionada por la fortaleza y el amor de su abuela.
Gracias por contarme esto, abuelita. A veces, es fácil olvidar que las
personas son más complejas de lo que parecen.
Margarita sonrió, es importante que conozcas todas las facetas de
nuestra historia, las buenas y las malas. La vida es una mezcla de
alegrías y desafíos, y es cómo respondemos a esos desafíos lo que
nos define.
Las dos mujeres compartieron otro abrazo, reconociendo la fuerza y
la resiliencia que se había transmitido de generación en generación.
A pesar de las adversidades, la familia había prevalecido, y María se
sintió más conectada que nunca con sus raíces y su propósito en la
vida.
María, impulsada por la historia de su abuelo Catarino y su trabajo
en las minas, decidió visitar uno de los sitios mineros más conocidos
de Guanajuato. Con el deseo de conectarse aún más con su historia
familiar, se unió a una excursión que permitía a los visitantes
entender la vida y las condiciones de trabajo de los mineros.
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