Page 33 - De este mundo... y del otro
P. 33
que van a sitios arqueológicos abiertos al público, se deben conformar con
pisar ese suelo sagrado y admirar desde abajo su esplendor.
Que estaban muy contentos con mi llegada a la comunidad y que ésta
era la mejor forma de corresponderme, y en ese momento me dieron un
gran aplauso, yo agradecía desde mi lugar, que curiosamente estaba en el
centro de la concurrencia, justo al otro lado de la entrada, en la cual pude
observar cómo, en ese preciso momento, uno de los papás había acarreado
varias cubetas de agua que ya estaban adentro y se disponía a tapar la
entrada.
Agradecí nuevamente sus atenciones, pero el papá, que estaba en uso de
la palabra me dijo, que con este acto terminaríamos nuestro día, liberando
energía negativa y llenándonos de nuevas vibras, dicho esto, todos
aplaudieron y dos niños aparecieron con las cubetas, soltando el agua sobre
las piedras, las que inmediatamente hicieron un sonido como el que hace
la brisa y se llenó de vapor la cúpula, fue sorprendente experimentar cómo
el espacio en el que estábamos se quedaba sin visibilidad, el aire se sentía
difícil de respirar y poco a poco fui advirtiendo un rico aroma a eucalipto,
la visibilidad era poca, sólo alcanzaba a ver cuando nuevas nubes de vapor
inundaban el ambiente.
No sé cuánto tiempo pasamos allí, pero la experiencia fue inaudita, y tenían
mucha razón, se requiere de gran responsabilidad para mantener este sitio
con el esplendor del que fui testigo.
31