Page 47 - El desarrollo de habilidades socioemocionales desde la práctica docente en preescolar
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la docente respondía: “así déjalo”. Los próximos días Kevin dejó de ir,
            preocupada la docente preguntó por él a su madre quien respondió: “él ya
            no viene porque usted lo regaña”, la docente extrañada siguió indagando,
            “sí, dice que Max se porta mal, y usted no le dice nada, a él lo regaña
            diciéndole que así lo deje”. La docente asintió, y esperó paciente volver
            a ver a Kevin. Había entendido que la justicia que promovió por todo un
            año previo se estaba comprometiendo por una excepción a la regla que
            Kevin veía improcedente, porqué si la maestra siempre decía “todos somos
            iguales”, “el material es para todos”, “si juegan acomodan”, “a todos por
            igual”, para él no era congruente “dejarlo ahí”. Al paso de los días, Kevin
            asistió nuevamente al jardín, la docente le dijo: “¿Me disculpas?, no era
            mi intención que pensaras que te estaba regañando, lo que pasa es que
            Max aprende diferente, pero tienes  razón las reglas  de convivencia se
            deben de respetar y estaré más al pendiente de que las reglas se cumplan
            y escucharé  más”,  Kevin  sonrió ilusionado y asintió con  la  cabeza. La
            docente comprendió que la justicia va acompañada de la congruencia del
            decir y actuar del docente quien funge como modelo a seguir.  La justicia
            se enseña, se modela y sobre todo se siente, poder contemplar la mediación
            entre conflictos cotidianos en el aula y su entorno, entre el conocimiento
            y el alumno, es un privilegio para todo docente acompañado de una gran
            responsabilidad, guiar a nuestros alumnos en su trayecto escolar, instaurar
            con los padres líneas éticas hacia sus hijos que duran toda una vida y nos
            enseñan que la justicia no se toca, se siente.

            El docente  mediador  intercede  efectivamente  de  tres maneras con
            su alumnado, la  primera  es que  funge  como un mediador  entre  el
            conocimiento y el aprendizaje de sus alumnos, quien logra involucrarse en
            el ánimo de los alumnos haciendo que éstos aprendan, mostrándose a sí
            mismo como un puente activo, la segunda es cuando el profesor se vuelve
            el mediador principal de conflictos en el aula, quien decide en un primer
            momento las consecuencias de actos no aceptables; consecuentemente el
            docente también es el intermediario para quienes más lo necesitan o no
            suelen participar en clase; y la tercer manera y no menos importante, es el
            mediador niño-padres, niño-sociedad. A continuación, se explicará cada
            una.


            Ser un docente mediador, entiende la magnitud e impacto de la pertinencia
            de su  intervención  docente, pues se vuelve creador de situaciones de



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