Page 48 - El desarrollo de habilidades socioemocionales desde la práctica docente en preescolar

aprendizaje, y todo influye, desde la forma de su narración en un cuento,
la exposición de un problema, la creación de una historia con títeres para
transmitir un contenido, como experimenta y logra acceder a la emoción
infantil para hacerlos pensar en la “magia” sin notar que en verdad es el
docente quien está mediando el aprendizaje desde estrategias sutiles y
funcionales hasta la instauración de proyectos complejos y abstractos, y
deberá de contar con una enorme creatividad lúdica para mostrarle a sus
alumnos lo divertido de aprender.

La implementación en el aula de actividades sensoriales y divertidas que
involucren sentidos, habilidades y razonamientos, requiere tiempo y esfuerzo,
pero la recompensa es muy benéfica para los alumnos; experimentos, la
búsqueda de algún objeto, aumenta la emoción, actividades que tengan
contacto con el mundo real. Otra interacción es llevar al aula animales
domésticos que puedan tocar, vuelve significativa la observación de los
seres vivos pues comprenden de manera real sus necesidades y cuidados,
también invitar a profesionistas que muestren lo que hacen, adultos
mayores que cuenten cómo era la vida antes y personas pertenecientes a
diferentes etnias que puedan compartir su lengua y cultura.

Por otro lado el docente día a día se topa con conflictos entre alumnos,
desde sencillos hasta complejos, es el mediador innato de conflictos dentro
del aula, quien debe de ser un tercero imparcial que escuchará ambas
versiones de la historia antes de emitir un juicio, y deberá usar el diálogo
como principal herramienta de comunicación para que los alumnos
comprendan y lo utilicen de manera propia para resolver conflictos, escuchar
a los alumnos por más repetitiva que sea la situación, porque al inicio será
así pero después de que el alumno adquiera sus propias herramientas, poco
a poco dejará el docente de ser necesario y serán los alumnos quienes los
resuelvan. Evitar la solución momentánea y sin aprendizaje.

El docente debe reflejar una postura tranquila, amablemente bajarse
al nivel visual de los alumnos y mostrarse abierto a situaciones variadas
de conflicto, evitando la violencia simbólica (caras y gestos despectivos)
que afecta el vínculo que se intenta formar con el alumno. Los conflictos
acontecen día a día, aprender a verlos como una vía de crecimiento es lo
que se debe tener presente, aunque se parezcan, cada conflicto es distinto
y la gradualidad de las consecuencias depende de más factores de los que

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